Comenzarás la visita en la entrada del Fuerte, donde te esperará tu anfitrión a las 16:30. Tu guía y anfitrión es un lugareño que ha residido en Galle toda su vida, junto con sus antepasados. Su magistral conocimiento de la ciudad y su historia te mostrará las capas que se esconden bajo la colorida belleza de Galle.
El puerto natural de Galle era famoso ya en el año 1400 a.C. En aquella época era uno de los principales puertos del mundo desde donde se exportaba canela. La llegada de los portugueses marcó un cambio en la historia de la ciudad. Hicieron de Galle su cuartel general y destruyeron muchos monumentos importantes que había en la zona. El fuerte inicial de tierra y empalizada que construyeron los portugueses fue ampliado por los holandeses, tras hacerse con los bienes portugueses en el siglo XVII. El fuerte holandés estaba muy avanzado, con altas murallas de piedra y muchos bastiones. También construyeron muchos otros edificios para la administración y la residencia. Los holandeses renovaron las calles y añadieron avances como desagües de aguas pluviales.
Hoy en día, gran parte del fuerte holandés sigue en pie, contradiciendo los estragos del tiempo. Las calles de Galle, impregnadas de historia, conservan su vida y originalidad. Podrás subir a las murallas del fuerte, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y pasear por sus calles. Los delicados tejados filigranados y los viejos letreros de las calles con nombres holandeses añaden carácter. Tu anfitrión también te llevará a visitar los museos, que tienen muchas antigüedades relacionadas con la historia de Galle y su puerto. Tu recorrido a pie también te llevará al faro de Galle, construido por los británicos. Por el camino harás un descanso con una taza de fino té de Ceilán o una refrescante bebida de leche de Coco Rey.
Tu paseo terminará de vuelta en el Fuerte Holandés a las 18:30.